Mi nombre es Saul y mi esposa se llama Rebecca, hemos decidido dar a conocer nuestra historia personal junto a nuestro hijo quien posee la condición de espectro autista, una historia que empieza hace 9 años atrás, edad cuando llega a nuestras vidas nuestro tesoro más preciado Damián.
Desde el comienzo no sospechábamos nada, era un niño normal con sus pocos meses de nacido, era un poco enfermizo pero nada fuera de lo normal, con el paso de los años empezamos a darnos cuenta que era un niño muy feliz junto a nosotros y con las personas que vivíamos pero solía ser un poco retraído y le gustaba jugar repetidamente al mismo juego.
Entre otros rasgos que lo hacían diferente es una ausencia de reconocimiento en la mirada, no le gustaba o no interactuaba directamente con los demás niños de su edad, él prefería jugar solo muchas veces. Mientras los días pasaban, reconocimos más “señales” o muestras del síndrome de espectro autista TEA, entre los más comunes eran los hábitos repetitivos, retraso en el habla mientras pasaba los meses, le costaba relacionarse sobre todo con los adultos.
Fue de ayuda el poder haber vivido en España un país más desarrollado en ese tema y en ese tipo de condiciones dentro de los niños, llevamos a Damián a un centro médico público de crecimiento en Madrid. A través de varios análisis de monitoreo, juegos, análisis de estudio del sistema nervioso y psicosocial, recibimos la noticia que nuestro hijo tenía síndrome de asperger nivel 3, esto es un trastorno del desarrollo que se incluye dentro del espectro autista y que afecta la interacción social recíproca. Algo nuevo que nos atemorizó que incluso empezamos a recriminarnos entre mi esposa y hacernos los culpables de lo sucedido.
En ese momento sentimos que nuestro mundo se nos caía encima, lloramos varios días, muy preocupados por la falta de conocimiento en el tema y en como eso iba a cambiar nuestra vida. Según lo que averiguamos y lo que pudimos descubrir sobre este tema era que se sugería realizar terapias y lo que nos dejó más tranquilos era que nuestro hijo no tenía un grado alto de este síndrome.
Los inconvenientes de salud de Damián no cambiaron mucho continuaron siendo similar con el paso de los años. Su crecimiento fue normal aunque no entendía cuándo por error decíamos un sarcasmo, los niños con esta condición no entienden los sarcasmos o las suposiciones, se les hace difícil entender. Cuando Damián tuvo 4 años de edad tuvimos que retornar a Ecuador por situaciones adversas a nosotros y por la crisis económica a nivel mundial. Esto marco algo difícil en el crecimiento de mi hijo ya que en España vivíamos solos y ese tema era algo normal y era conocido, no era un tabú.
En Ecuador nos resultó difícil tratar de hacer entender a nuestros padres, tíos, familiares y demás amigos ya que erróneamente y lógicamente por la falta de estudios sobre este tema las personas no conocían este tema y pensaban que era una enfermedad, mi esposa se molestaba mucho cuando le decían que nuestro hijo ha sido enfermito, en realidad eso la sacaba de sus casillas.
Luego de varias charlas, en verdad muchas charlas cada uno de nuestros familiares fueron poniendo interés y conociendo un poco más sobre este tema y entendían que Damián no era como los demás niños, entre sus cosas favorables que cada día nos sorprende es que tiene un razonamiento analítico muy acertado, es muy observador, es inteligente y no necesita estudiar para rendir sus exámenes escolares, es creativo y puede mantener una conversación con un adulto o sobre un tema poco común. En cuanto a lo negativo es la difícil adaptación a un medio nuevo, se le complica relacionarse con los niños y mucho más con los adultos, es repetitivo en sus juegos y no mantiene su mirada fija al momento de tener una conversación.
En realidad con el paso de los años esa preocupación se fue transformando en una bendición, nuestro hijo es destacado en la escuela. Cada día nos esforzamos día tras día con terapias y sobre todo con amor que es lo más importante para el desarrollo de su crecimiento.
Para finalizar esta hermosa historia podemos mencionar que hoy en día hemos ayudado a muchas personas a saber sobrellevar esta condición, hemos ayudado con los pasos a seguir para aprender a detectar ésta condición; llegando al punto de ahora ser parte de una organización a nivel nacional de ayuda a niños con el síndrome de espectro autista TEA.
Si necesitas de ayuda nosotros somos Manitas Azules Cotopaxi una organización sin fines de lucro que ayuda a detectar este síndrome y ayuda a mejorar la condición de vida de nuestros hijos.